
Mantener la mayoría a favor en el congreso y la cámara de la que goza actualmente Álvaro Uribe, será un reto cuando los partidos políticos a sabiendas que ya no será gobernante por tiempo indefinido, empezarán a establecer alianzas más en función de quién puede resultar el futuro Presidente. No será de inmediato puesto que Presidente aún le restan varios meses en el poder, pero ira aumentado y le quedará aún más difícil de lo que ya le está costando hoy, mantener leales a sus mayorías en el Congreso. Sin embargo es posible incluso desde ahora vislumbrar algunas de estas dificultades. Un ejemplo de ello es lo ocurrido con Germán Vargas Lleras y el partido político cambio radical, quienes luego de hacer parte de la coalición del uribismo, fueron uno de los factores que precipitaron la caída del referendo reelecionista al conformar la disidencia del proyecto en lo que podría denominarse como la búsqueda individual de la candidatura presidencial.
Por ello el presidente Uribe se enfrentaría a un desgaste de popularidad que ya habría empezado incluso en el Capitolio. El ministro del Interior, Fabio Valencia Cossio, tuvo que enfrentar cómo la Reforma a la Justicia se hundía y no cuajó el intento porque se aprobara la reelección en 2010. En esta última decisión, influyó el hecho de que los representantes uribistas, Myriam Paredes de Nariño y Orlando Guerra del Putumayo, se apartaran de la discusión y descompletaran las cuentas de los promotores de la reelección inmediata, quienes la daban por aprobada. Estos representantes argumentaron que se debían a sus electores, quienes están sufriendo una crisis económica por la tardía intervención oficial de las empresas captadoras ilegales y les pidieron que no participaran de la decisión.
Finalmente la ausencia de Álvaro Uribe en la contienda electoral del 2010 significaría que finalmente podrían concretarse las aspiraciones presidenciales de varios miembros de círculo más cercano del Presidente, como el Ministro de Defensa, Juan Manuel Santos; el Ministro de Agricultura, Andrés Felipe Arias; y la actual embajadora en Inglaterra, Noemí Sanín. Si estos funcionarios buscarían ocupar la casa de Nariño en el 2010 se verían obligados a abandonar sus actuales cargos para iniciar la campaña presidencial, lo cual significaría que los ministerios responsables de la percepción de favorabilidad del gobierno en estos años, quedarían sin sus figuras más representativas.
Así las cosas con la imposibilidad de reelección, mas allá de representar mayores candidaturas significan un reto para la administración y gobernabilidad del actual mandatario de la Nación.
Véase: http://www.semana.com/noticias-politica/campana-2010-uribe/118174.aspx
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